Plantilla del CD Villarejo-Periesteban de Liga Bronce |
Hace unos días, Héctor Sáiz, joven concejal de la localidad conquense de Villarejo-Periesteban y dos de sus amigos Samuel Guijarro y Gabriel Albaladejo, todos ellos jugadores del CD Villarejo-Periesteban, equipo de la Liga Bronce, se tintaron el pelo al estilo de "Messi" en la temporada pasada como parte de un acuerdo que tenía no sólo un club, sino toda una afición de dos pueblos detrás, Villarejo-Periesteban y Altarejos. Una curiosa apuesta que nace del intento de motivar a una plantilla creada casi de la nada y con mucho esfuerzo, que vio como el sueño de competir para divertirse se estaba volviendo en contra ellos cada fin de semana que volvían de vacío tras caer derrotados en la competición conquense.
Pero todo ello comienza mucho más atrás. Este equipo, que por el momento se codea en la mitad de la tabla de Liga Bronce, nace del deseo de unos jóvenes de la localidad de Villarejo-Periesteban de jugar al fútbol sala y las oídas de que había una liga en Cuenca. De un día para otro, se pusieron en marcha buscando lo necesario para inscribirse, aunque, por poco no lo consiguen: "Empezamos a buscar y conseguimos el número de Roberto (organizador de la Liga de Fútbol Sala Cuenca) y me moví para hacer equipaciones y buscar gente para el equipo, ya que en el pueblo somos pocos y nunca habíamos jugado. A parte, cuando finalmente contacté con Roberto, sólo faltaban tres días para cerrar el plazo de inscripción de equipos", señala Héctor Saíz.
Una vez conseguido el primer paso, llegó la competición, pero, como suele decirse, los comienzos siempre son difíciles: "Al final nos juntamos mis amigos y gente del pueblo de al lado (Altarejos), pero nunca habíamos jugado juntos y entre la diferencia de edad y no conocernos...nos costó". A pesar de ello, el CD Villarejo-Periesteban consigue ganar su primer partido (1-0 vs. Beer Beny) con un gol de Samuel Guijarro y apoyados por una grada formada entre padres, amigos y familiares de los jugadores que sumaban unas 25 personas. Sin embargo, vendrían tempestades tras el ilusionante inicio: "Luego perdimos los cuatro partidos siguientes. Por más que hacía por animar a los chavales, no éramos capaz de sacar un buen resultado. Hacíamos partidos de entrenamiento contra Acqua Parrilla (equipo de Liga Plata), metía discursos, pero nada", cuenta Saíz.
Con el equipo con la moral por los suelos, a Héctor se le ocurrió una curiosa iniciativa para motivar a sus compañeros a costa de su propia imagen: "Llegó el partido contra el Serranía, ganamos y entonces les solté que si ganábamos tres partidos seguidos me raparía el pelo". Una apuesta que el propio jugador consideraba si no imposible, poco probable de cumplir, "Le tengo aprecio al pelo" confiesa. La siguiente semana de entrenamientos, la "apuesta" motivaba a los jugadores del Villarejo-Periesteban a arrasar al rival, como esperaban que hiciera lo mismo una maquinilla en la cabeza de su compañero de equipo. Y llegó la segunda victoria, 3-0 a Inter Cuenca.
La tercera en cuestión parecía misión imposible. El equipo visitaba al líder, Peluquería Adolfo Meder, una casualidad que no tardó en sembrar el cachondeo en el vestuario: "Esa semana las bromas ya eran la hostia, imagínate ganar a los "peluqueros" y tener que raparme. Entrenamos el doble aun sabiendo la que me podía caer, pero no pudimos con ellos", cuenta Héctor, aliviado en parte después que su equipo cayera esa jornada ante el líder de la categoría por cuatro goles a uno. Aún así, no terminó ahí la cosa.
El equipo logró ser subcampeón en el torneo navideño de San Lorenzo de La Parrilla |
"Para seguir animándoles, les dije que mi apuesta seguía en pie, entonces Samuel y Gabriel se unieron al reto, esto nos unió más y nos motivó para mejorar entre nosotros". Curiosamente, la "antiestética" iniciativa siguió dando sus frutos. El equipo se inscribió en un torneo navideño en San Lorenzo de la Parrilla y finalizó subcampeón, sólo por detrás del Acqua La Parrilla. Sabedores del potencial y que la apuesta se podría cumplir tarde o temprano, los tres jugadores en cuestión cambiaron "el rapado" por un tintado de pelo, algo a los que sus compañeros, cachondeo incluido siempre, aceptaron.
"Sólo con ver los resultados se ve el cambio", argumenta Héctor. El equipo venció en la jornada 11 a Fuentes (5-4), para más tarde volver a ganar a Beer Beny (4-3) y, sabedores de los que venían si volvían a ganar, los jugadores del Villarejo-Periesteban golearon al Bar Los Robles(5-1) consiguiendo la "hazaña".
Así, teñidos de rubio como factor motivacional, este equipo sigue compitiendo cada fin de semana con el hecho de disfrutar ellos en el campo y transmitírselo a los aficionados que les siguen y, por qué no, seguir innovando con algún que otro cambio de imagen.
Los tres jugadores del Villarejo-Periesteban se tiñeron el pelo para motivar a sus compañeros de equipo como parte de una apuesta |